Argentina tiene ley de interrupción voluntaria del embarazo aprobada por el Congreso en un hecho histórico. Lejos de lo que se esperaba, los votos riojanos esta vez favorecieron al resultado final: Clara Vega y Carlos Menem estuvieron ausentes al momento de votar y aumentaron la brecha a favor. Julio Martínez votó en contra como en 2018. La marea verde otra vez fue la gran protagonista de la conquista.
El reloj marcaba 04:12 cuando la presidenta del Senado Cristina Fernández confirmó lo que mostraba el tablero de votación: “resulta aprobado con 38 votos afirmativos, 29 negativos y una abstención, se convierte en ley”. La sesión de 12 horas fue histórica, como también lo será este 30 de diciembre del 2020 en el calendario de la conquista de los derechos de mujeres y personas gestantes.
La interrupción voluntaria del embarazo es ley en Argentina luego de un intenso debate que, como en el 2018, terminó de cerrarse en la Cámara de Senadores. Pero a diferencia de dos años atrás, el papel que jugaron esta vez los representantes de La Rioja fue favorable a la norma. Las ausencias de Carlos Menem y Clara Vega si bien no definieron el resultado final, aumentaron la diferencia a favor de la aprobación.
Antes de llegar a la sesión histórica, todo hacía pensar que los tres votos de La Rioja en el Senado serían en contra.
AUSENCIAS FAVORABLES
Vega fue la gran sorpresa, tanto para el poroteo del gobierno nacional como para la provincia. Su ausencia al momento de votar fue clave en la diferencia de los nueve votos a favor.
Antes de llegar al recinto se había manifestado públicamente en contra, aunque desde que el proyecto empezó a tratarse en el Senado no militó activamente y optó por un perfil bajo. Durante la sesión fue la única de La Rioja que se anotó como oradora, ya que Julio Martínez respetó su clásico estilo de silencio y Menem no participaba.
Presente de manera remota, al momento de hablar Vega dio indicios que en ese momento permitieron pensar en una posible abstención. Aseguró que se identificaba con la marea verde pero que en su provincia había un gran porcentaje del lado de las dos vidas. Dijo además que recibió mensajes intimidatorios de ambos sectores. «Me costó mucho definir el voto y lo que iba a decir», confesó en uno de los tramos pero finalmente no anunció cómo lo haría. Al momento de la votación nominal su apellido se registró como ausente al igual que el puntano Adolfo Rodríguez Saa, otra de las sorpresas. Hasta el momento no volvió a pronunciarse sobre su decisión.
Con el número cerrado hoy se puede analizar que la renuncia de Inés Brizuela y Doria a esa banca (para asumir como intendenta) favoreció el resultado final. En 2018 la actual jefa comunal de Capital había militado activamente en contra y de haber ocupado esa banca su voto habría sido negativo sin dudas. Vega la reemplazó en diciembre de 2019 y aunque todo hacía pensar que repetiría ese sentido, sorprendió.
Lo de Menem en cambio no fue sorpresivo durante la jornada de votación pero sí un cambio de las últimas semanas. El 15 de diciembre el ex senador del Frente de Todos fue internado por una neumonía bilateral y desde ese momento se especuló sobre su participación en la sesión del 29. La ausencia era una posibilidad grande, aunque durante la jornada del martes hubo rumores sobre la posible votación remota desde el centro donde permanece internado. El del ex presidente era voto cantando, al igual que en el 2018 se pronunciaría en contra.
La ausencia de Vega y Rodríguez Saa su sumó a la de Menem y el tucumano José Alperovich (con licencia por la denuncia de abuso de su sobrina), cuatro votos que el poroteo contaba como celestes.
En el caso del radical Julio Martínez todo fue previsible. Al igual que en el 2018 votó en contra, no habló durante el debate y tampoco dio explicaciones a la propia juventud de su partido que días antes de la sesión histórica lo había interpelado por su voto celeste.
LA MAREA VERDE
La vigilia de la marea verde se montó en la plaza 25 de Mayo pasadas las 18:00. De fondo la iglesia Catedral vestía las tradicionales cintas del Tinkunaco y valla de por medio militantes de «las dos vidas» permanecieron hasta una hora antes de la votación.
Con un escenario que trasmitía en vivo la sesión, carpas y mucho cotillón el movimiento feminista y agrupaciones políticas y sociales estuvieron durante toda la noche para esperar la votación en la calle. Ahí donde se ganó la conquista de este derecho.
Durante esas más de 10 horas el clima fue de fiesta, baile, nervios, emoción, reencuentros que vacilaban en los abrazos para respetar los protocolos sanitarios. Hubo cantos que recordaban el recorrido para llegar hasta acá: la oposición histórica de la iglesia, la responsabilidad del Estado, la clandestinidad, las muertas por abortos inseguros y la fuerza del feminismo para transformarlo todo. La marea era heterogénea, siempre lo es. En esa media cuadra, que ocupaba parte de la vereda de Casa de Gobierno, estaban las pibas, las madres de las ellas, las abuelas. Las militantes y dirigentes de partidos de izquierda, del FROP, la Juventud Radical, las peronistas, las funcionarias feministas del gobierno de Ricardo Quintela. También las integrantes de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito de La Rioja que coordinaron una jornada cuidada y amorosa para esperar el resultado de un hecho histórico para Argentina.
Al momento de la votación todo era nervios y esperanzas. Hubo silbidos para Martínez y Vega cuando registraron sus votos. Pero también la explosión en llanto cuando Cristina Fernández confirmó que había ley. Lo que vino después fue la certeza de esta ley viene a saldar una deuda del Estado con los derechos de las mujeres pero también que ya no hay marcha atrás en las conquistas de la agenda de género.
LA LEY
La norma sancionada legaliza el aborto voluntario hasta las 14 semanas de gestación y después de ese plazo habilita la práctica en los supuestos ya establecidos en el Código Penal: violación; o peligro para la vida o la salud de la persona gestante. En caso de violación, las personas gestantes a partir de los 13 años de edad deberán presentar declaración jurada ante el personal de salud.
En uno de los puntos más controversiales autoriza al personal de salud a ejercer la objeción de conciencia siempre y cuando la vida o la salud de la persona gestante no estén en riesgo. En caso de que todos los profesionales sean objetores, el establecimiento deberá derivar a la paciente a otra institución sin dilaciones y asumiendo los costos de la intervención.
Para realizar el aborto el plazo será de 10 días desde su requerimiento y el sector público, las obras sociales y las empresas de medicina prepaga deberán incorporar la cobertura integral y gratuita de la intervención, incluyendo todas las prestaciones en el Programa Médico Obligatorio (PMO).