Es una de las dos provincias que no registra femicidios en lo que va del año. Sin embargo aumentaron las consultas e intervenciones en casos de violencia de género y la Justicia tiene al menos tres causas caratuladas como tentativa de femicidio. La autonomía económica, la prevención y asistencia, algunos de los elementos que atraviesan la estadística.


La Argentina aún no cuenta con estadísticas oficiales sobre los femicidios pero el relevamiento de la sociedad civil marca un número favorable en medio del contexto adverso: La Rioja y Tierra del Fuego son las únicas provincias que no registran femicidios en lo que va del 2020. En el caso de nuestra provincia el último hecho de violencia extrema seguida de muerte fue en abril del 2019 con el primer femicidio infantil: Sabina Condorí Garnica.

Que La Rioja lleve 548 días sin registrar femicidios es una buena estadística si se la compara en el mapa de la región norte, donde el resto de provincias están muy por arriba en números: Tucumán con 13, Jujuy con 10 (además de tres muertes violentas de mujeres que aún se investigan), Salta con ocho y Catamarca uno. Sin embargo, detrás de ese casillero verde que favorece a La Rioja hay muchos items en rojo que no dejan de alertar.

Los datos relevados de medios gráficos y digitales de todo el país marcan que la violencia machista sigue presente y no disminuyó ni siquiera durante el aislamiento obligatorio que impuso la pandemia: en lo que va de 2020 ocurrieron 223 femicidios, 21 de ellos sólo en el mes de septiembre según el Observatorio Ahora que si nos ven.

El asesinato de mujeres por motivos misóginos, como resultado de las relaciones de género tanto en el contexto interpersonales como de absoluta impersonalidad, son sin embargo apenas la punta de un icerberg que muchas veces se analiza por encima.

LO QUE HAY DETRÁS

“Las denuncias y consultas de violencia por razones de género aumentaron durante la pandemia. Desde el 10 de diciembre hasta la actualidad nuestra secretaría registró 440 abordajes. Y el equipo de asistencia realizó 5340 intervenciones”, informaron recientemente desde Mujer y Diversidad sobre el trabajo territorial.

Quienes tienen el trabajo del día a día en el área intentan explicar la estadística en cero: “Es el resultado de una profunda campaña de concientización por medio de redes para saber a dónde llamar, en qué consisten los diferentes tipos de violencia y tener habilitado un número de emergencias las 24 horas, que no existe en otras provincias”.

Cuando asumió la actual gestión provincial en diciembre del 2019 la secretaría de la Mujer y Diversidad lanzó una línea propia de asistencia que se promociona con funcionamiento permanente. También cabe señalar que la anterior gestión encargada de las políticas de género no difundía estadísticas y acciones relacionadas a prevención y asistencia, por lo que resulta difícil comparar los números un año para atrás.

“Esa línea implica la respuesta inmediata a la demanda ante la urgencia, teniendo en cuenta que no solo se reciben llamadas sino también mensajes de whatsApp y SMS, ya que las víctimas no siempre pueden llamar”, agregan desde la secretaría.

El aumento de las consultas y hechos de violencia durante el aislamiento y confinamiento no fueron novedad, los movimientos y organizaciones feministas advierten desde hace tiempo que para muchas mujeres el hogar es el lugar más inseguro y ese exceso en horas compartidas son un caldo de cultivo.

También el Municipio Capital creó por primera vez un dispositivo para asistencia en la comuna más grande de la provincia. Se trata de un programa de acompañamiento y asesoramiento en línea que brinda información y escucha durante las 24 horas, también por whatsapp.“Desde que lanzamos el dispositivo seguimos con la asistencia presencial a las mujeres, recibimos llamados telefónicos las 24 horas y tenemos más de 400 asesoramientos realizados, 78 denuncias con medidas de protección”, explica Carolina Figueroa, directora de Políticas de Género del municipio que gobierna Inés Brizuela y Doria.

Una de las líneas, precisa, realiza la asistencia legal y la otra contención psicológica. “En el momento que recibimos la llamada hacemos una evaluación de riesgo y en base a eso tomamos contacto con las comisarías, con el Ministerio Público Fiscal o los juzgados”, explica Figueroa.

“Tuvimos por lo menos siete denuncias graves, entre abusos, amenazas y hasta uso de arma blanca y de fuego que pudimos contener”, agrega la funcionaria.

JUSTICIA “PREVENTIVA”

La Rioja es una de las tres provincias (junto con Tucumán y Santiago del Estero) que tiene fuero especial para abordar las causas de violencia contra las mujeres, niñes, y disidencias. Los dos Juzgados de Violencia de Género y Protección de Menores de la primera circunscripción judicial nacieron a la luz de la urgencia y emergencia cuando ocurrieron los últimos femicidios en la Provincia: Deolina Torres (2018) y Sabina (2019). Y ese dato podría no ser casual si se lo cruza con la estadística en cero.

“La creación de los juzgados y la actividad preventiva tienen mucho que ver”, advierten desde las oficinas judiciales que durante la pandemia no dejaron de dictar medidas de protección como exclusión del hogar, prohibición de acercamiento y otorgamiento de dispositivo de alerta (botón antipánico).

“El derecho penal no funciona para prevenir el delito porque actúa sobre el hecho consumado, pero en violencia de género hay que valorar otras cosas. Los juzgados terminan haciendo un trabajo de prevención, las nuevas tendencias tienden a criminalizar mas conductas que las estipuladas con una nueva visión para poder prevenir el delito, como establecen los pactos internacionales”, aseguran desde los despachos que diariamente atienden causas de violencia de género.

Actualmente el juzgado N° 2 instruye dos causas caratuladas como femicidio en grado de tentativa, lo que marca que los hechos de extrema violencia sí existieron y podrían haber terminado con la muerte de esas mujeres. Si bien en el Juzgado N° 1 no se tramitan causas por estos delitos, muchas de las denuncias fueron por lesiones graves y amenazas.

Otro hecho grave fuera de la primera circunscripción sucedió en Chilecito, donde una mujer tuvo que recibir una reconstrucción facial debido a la gravedad de las lesiones. Y en Aimogasta la investigación por la muerte de la joven Melanie López fue recientemente caratulada como “instigación al suicidio”, lo que marca un compás en el conteo de femicidios dentro de la provincia.

«Asistimos a casos muy graves de mujeres quebradas, golpeadas salvajemente o amenazadas con armas de fuego, muchas de ellas se alojaron en el refugio por un tiempo”, aseguran desde la secretaría provincial. Desde la municipalidad también confirman la gravedad en las consultas recibidas: “tuvimos al menos siete denuncias graves, desde secuestro a violación con arma blanca”, precisa Figueroa.

CICLOS DE LA VIOLENCIA

La violencia de género se caracteriza por ciclos que suelen ir en escalada. Primero aparecen las agresiones verbales y psicológicas, hasta llegar a las físicas o sexuales que muchas veces termina con la más extrema, la muerte.

Del informe relevado por el Observatorio se desprende que 1 de cada 5 mujeres asesinadas había hecho la denuncia por violencia de género contra su agresor, o ya contaba con medidas judiciales de protección que no fueron suficientes para salvar su vida. Según los mismos datos, el hogar de las mujeres continúa siendo el lugar más inseguro ya que el 64% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima y el femicida pertenece a su círculo íntimo .

“Una medida de protección hacia una mujer por una amenaza o lesión puede prevenir que la violencia escale y ahí es fundamental alguien que contenga psicológicamente o asesore desde lo legal para hacer la denuncia, sobre todo cuando no hay recursos económicos o formas de salir del círculo violento”, dicen profesionales que trabajan detrás de una línea telefónica para asistir.

Los dos juzgados de Violencia de Género que existen actualmente pertenecen a la Primera Circunscripción Judicial que comprende Capital, Tama, Patquía, Talamuyuna, Punta de los LLanos y Sanagasta, pero en el resto de la provincia no existen fueros que puedan, con perspectiva, juzgar y prevenir casos donde existe violencia por razones de género. En marzo de este año tomó estado parlamentario un proyecto del diputado Ricardo Herrera para crear el juzgado de instrucción especial en Chilecito, pero hasta el momento no fue tratado.

A principio de mes el Gobierno nacional desembarcó en La Rioja el programa «Acompañar» que busca promover la autonomía de las mujeres y LGBTI+ que se encuentran en riesgo por motivos de género. Contempla una asistencia económica para cubrir los gastos esenciales de organización y desarrollo de una vida libre de violencias, ya que muchas veces lo económico es un factor determinante para desarrollar un proyecto de vida autónomo.

Hoy el desafío seguirá estando en llegar antes del hecho. Pero a largo plazo será el de planificar políticas estructurales que apunten a ir más allá de «apagar el incendio», como por ejemplo trabajar con los varones violentos entre otras.  Más allá del trámite judicial que tiene tiempos distintos a los estadísticos, es evidente que fortalecer los equipos de atención y prevención es una de las políticas claves para llegar antes de que ocurra algo irreparable como el femicidio.